poemasecua
  Romance ¡Qué linda cara tienes, válgate Dios, por muchacha, que si te miro, me rindes y si me miras me matas. Esos hermosos ojos son en ti, divina ingrata, arpones cuando los flechas, puñales cuando los clavas. Esa tu boca traviesa brinda, entre coral y
 

Romance

 

¡Qué linda cara tienes,
válgate Dios, por muchacha,
que si te miro, me rindes
y si me miras me matas.

Esos hermosos ojos
son en ti, divina ingrata,
arpones cuando los flechas,
puñales cuando los clavas.

Esa tu boca traviesa
brinda, entre coral y nácar,
un veneno que da vida
y una dulzura que mata.

En ella las gracias viven:
novedad privilegiada,
que haya en tu boca hermosura
sin que haya en ella desgracia.

Primores y agudos hay
en tu talle y en tu cara;
todo tu cuerpo es aliento
y todo tu aliento es alma.

El licencioso cabello
airosamente declara
que hay en lo negro hermosura
y en lo desairado hay gala.

Arco de amor son tus cejas,
de cuyas flechas tiranas,
ni quien se defiende es cuerdo
ni dichoso quien se escapa.

¡Qué desdeñosa te burlas!
y ¡qué traidora te ufanas,
a tantas fatigas firme
y a tantas finezas falsa!

¡Qué mal imitas al cielo,
pródigo contigo en gracias,
pues no sabes hacer una
cuando sabes tener tantas!

P. Juan de Velasco, S.J.
dauleño; 1725-1786

 
  Hoy habia 12 visitantes (13 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis